domingo, 21 de abril de 2013

LOS PROBLEMAS DE ATENCIÓN Y LA AUDICIÓN

Muchos niños con problemas de atención plantean dudas acerca de si oyen o no oyen bien. Tanto es así que a muchos de ellos se les realiza una audiometría cuyos resultados arrojan una absoluta normalidad e incluso el especialista  comenta a los padres que su hijo tiene una capacidad auditiva superior  a la normal. En realidad, estos niños oyen pero no escuchan.

¿Cuál es la diferencia entre la audición y la escucha?
La diferencia principal está en la actitud de comunicación del niño. Precisamente, un niño con sensibilidad auditiva a veces cierra la escucha para protegerse de la “agresión” fuerte que le produce la llegada del sonido. La escucha es un proceso voluntario, activo y selectivo (escuchamos aquello que es de nuestro interés). La audición es un proceso involuntario, pasivo y no selectivo.

La atención es una capacidad cerebral o Función Ejecutiva que depende de muchos factores. Consiste en seleccionar un estímulo “objetivo” y relevante entre todos los que llegan al sistema nervioso (Irrelevantes).Es fundamental para evitar la sobrecarga indiscriminada de estímulos. La capacidad de atención depende de la calidad de la llegada de los estímulos visuales y auditivos.

El desarrollo de la función auditiva es uno de los grandes motores de desarrollo y juega un papel muy importante en el desarrollo motriz y físico (equilibrio y coordinación), emocional (apertura hacia el entorno y los que me rodean) y mental (interpretar con sentido la información que llega al cerebro desde el oído para que pueda ser almacenada y recobrada posteriormente si es necesario).

Si el oído no realiza adecuadamente su función, la conducta del niño puede tener rasgos de falta de atención e hiperactividad asociados a un problema de escucha (bloqueo o pérdida en una determinada frecuencia del lenguaje o varias). Entonces podemos observar estas conductas:

o   El niño no atiende a las llamadas de sus educadores y padres.
o   Contesta a menudo preguntando como si no hubiera oído la pregunta.
o   Atención baja, muy dispersa y fluctuante.
o   Le cuesta concentrarse ante estímulos de ruidos auditivos (sonidos cotidianos de la calle, en la escuela, voces, etc). En estas situaciones, presentan cambios de carácter o mal humor.
o   Han tenido episodios frecuentes de otitis repetitivas.
o   Han tenido o tiene problemas para desarrollar el lenguaje hablado.
o   Presentan problemas de lectura porque les resulta difícil asociar una información visual (letra) a su sonido; les cuesta diferenciar palabras o letras con similitud auditiva; tienen baja memoria auditiva inmedita, etc.
o   Suelen estar ausentes y volcados en su mundo interior en vez de estar hacia los estímulos que llegan de fuera.

Padres y maestros deben estar atentos a estos síntomas que aparecen en la escuela y en casa y que pueden afectar al aprendizaje y al desarrollo personal. Estos niños requieren un estudio específico de su capacidad de escucha  y una terapia adecuada además de medidas o tratamientos psicopedagógicos. Una de las posibles ayudas es la Terapia de Estimulación sensorial y neurológica Tomatis que trata de conseguir la estimulación y funcionamiento eficaz del oído medio para conseguir que todas las frecuencias auditivas puedan ser procesadas e integradas de forma adecuada en el cerebro y se produzcan así mejoras en el aprendizaje, lenguaje, lectura, atención  y comunicación.